En sus mensajes de propaganda, el candidato presidencial de ARENA, Rodrigo Ávila, reconoce que los gobiernos de su partido no han representado a toda la población, tal como manda
Ávila dice –en un mensaje radial y televisivo con el que busca engañar al pueblo– que si gana la presidencia implementará el “primer gobierno ciudadano”, “con personas capaces”, donde “los intereses de pequeños grupos nos se impondrán sobre el interés de la mayoría de la población”. Analicemos estos tres elementos de su discurso.
Cuando el candidato presidencial de ARENA promete que su posible gobierno sería el primero de carácter “ciudadano”, está admitiendo que los gobiernos anteriores de ARENA (Cristiani, Calderón Sol y Francisco Flores) y la actual administración de Antonio Saca, no han actuado en favor de todo el pueblo, sino de una minoría privilegiada.
Al decir que, de ganar la presidencia, incorporará al gobierno a personas “capaces”, está reconociendo que los cuatro gobiernos de ARENA han tenido funcionarios incapaces, que no han podido ni querido resolver los problemas sociales, económicos y ambientales que tanto afectan a la gran mayoría de la población salvadoreña.
Él mismo es uno de esos incapaces porque, a pesar de haber sido dos veces director de
Vale preguntar. Si Ávila no resolvió el problema de la violencia, ¿cómo resolvería los demás problemas del país? Si no pudo bajar los homicidios, robos y extorsiones, ¿cómo bajaría los precios de los alimentos y medicinas? Si no pudo controlar las maras ¿cómo controlaría los bancos, las petroleras y demás empresas que roban al pueblo?
Dejemos las preguntas y volvamos al último elemento del spot publicitario del aspirante presidencial arenero. Cuando afirma que en su eventual gobierno, “los intereses de grupos no se podrán encima de los intereses de la población”, Ávila acepta que, con ARENA, el gobierno ha estado únicamente al servicio de grupos de poder económico.
Es decir, ARENA ha permitido que un grupito de grandes empresas salvadoreñas (TACA,
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