Recientemente Pacific Rim intentó asustar a El Salvador, amenazando con demandar al Estado si no recibe el permiso de explotación de la mina El Dorado, en un plazo de 90 días. Pero lo único que logró fue aumentar el rechazo de quienes defienden la vida y resisten a la minería.
El primero en reaccionar con firmeza fue Monseñor Fernando Sáenz Lacalle, Arzobispo de San Salvador y presidente de la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES), quien leyó un comunicado titulado “Pacific Rim versus El Salvador” y pidió al gobierno negar los permisos.
Monseñor Sáenz Lacalle, incluso, mostró una mayor contundencia que antes. “Ningún gramo de cianuro debe entrar a nuestro país”, demandó, en clara alusión a las toneladas de cianuro que la empresa minera canadiense quiere utilizar cada día, a pesar de que éste es un veneno mortal.
El máximo dirigente de la iglesia católica salvadoreña consideró que no es justo que Pacific Rim “se lleve las riquezas de nuestro suelo y nos deje toda la contaminación” y ratificó la declaración “Cuidemos la Casa de Todos”, de mayo de 2007, donde la CEDES rechaza la minería.
Las declaraciones del Arzobispo se dieron luego que el presidente de la compañía minera, Thomas Shrake, anunció su intención de demandar al Estado salvadoreño para obligarlo a que le otorgue el permiso o para que le pague varios cientos de millones de dólares como indemnización.
Para el Comité Ambiental de Cabañas (CAC), es el Estado el que debe demandar a la empresa y no al revés, porque es Pacific Rim la que secó vertientes en comunidades de San Isidro y Guacotecti. “El ladrón no es el que demanda, sino la víctima del robo”, dijo Francisco Pineda.
Este representante del CAC sostiene que el gobierno no debe darle el permiso ni pagarle indemnización alguna a la empresa, porque la Ley de Minería no obliga al Estado a permitir la explotación en forma automática, sino dependiendo del cumplimiento de los requisitos ambientales.
Y Pacific Rim no cumplió esos requisitos. Lo dice el ex-ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Hugo Barrera. “Esta empresa tiene un altísimo grado de irresponsabilidad, no es confiable”, señaló, hace algunos meses en el programa televisivo “Agenda 21.
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